martes, 26 de enero de 2010

PRESENTACIÓN Y ENTREGA DE LOS XI PREMIOS ODISEA DE LITERATURA

'Tres noches' y 'Medias naranjas' las obras ganadora y finalista del XI Premio Odisea de Literatura se presentarán el próximo viernes 29 de enero en la Casa del Libro (C/Fuencarral, 119) a las 19.00h. Los autores, Rubén Mettini y Cristina Martínez, nos hablarán de sus obras con las que han logrado conseguir el galardón.



Las excelentes críticas de amabas obras avalan la calidad literaria de ambas demostrando el buen hacer de ambos autores. Rubén Mettini, con varias obras publicadas, nos presenta en Tres Noches dos novelas en una. Dos voces en las antípodas. Una serena, otra desenfada. Una tristona, otra divertida. Una novela que plantea los interrogantes y otra que da la solución de los enigmas. Tres noches es, según la crítica de Guillermo Arroniz para El Libre Pensador, "una obra diferente y que plantea hasta qué punto el olvido puede sernos beneficioso durante un tiempo, pero significa la muerte a largo plazo".
Por su parte, Cristina Martínez retrata las relaciones de un grupo de amigos, en una obra sobresaliente y absolutamente contemporánea, fiel reflejo de la sociedad actual. Medias naranjas también ha cosechado excelentes críticas como la del poeta y escritor Luis A. González que destaca de la obra de la riojana "el verbo ser podría tomarse como protagonista ya que todo tiene una íntima cercanía con la existencia".


¡No puedes perder la oportunidad de conocer todo sobre los autores de tus novelas favoritas!

PRESENTACIÓN Y ENTREGA DEL XI PREMIO ODISEA DE LITERATURA

Viernes, 29 de enero de 2010 - 19.00h.

CASA DEL LIBRO - FUENCARRAL
C/ Fuencarral, 119
METRO: Bilbao

lunes, 25 de enero de 2010

Entrevista a Cristina Martínez Pérez, finalista del XI Premio Odisea


Cristina Martínez ha conseguido quedar finalista del XI Premio Odisea de Literatura con su novela Medias Naranjas. Una apasionante novela salpicada de detalles íntimos y momentos cargados de emotividad que retrata lo difícil que resulta alcanzar la felicidad sin renunciar a nosotros mismos.

Antes que nada felicitarte por el galardón, ¿cómo surgió mandar tu novela al concurso?
Fue mi padre quien tomó la iniciativa sin consultarme. Yo tenía el manuscrito guardado en un cajón y para mí ahí estaba bien. De repente un día me lo dijo y ya había poco que yo pudiera hacer al respecto.

Te has quedado a las puertas de ser la ganadora, ¿cómo sienta ser la finalista?
Igual de bien que si fuera la ganadora, sobre todo teniendo en cuenta que si por mi fuera el texto aún estaría acumulando polvo en el cajón.

¿Cuáles son los ingredientes de ‘Medias naranjas’?
Como autora creo que la sinceridad es el ingrediente más importante del libro. Los personajes sienten y padecen de manera muy visceral, muy auténtica, aunque no siempre estén dispuestos a reconocerlo. La amistad, otra de las piedras angulares de la historia, es un puente hacia la realización personal al que intento dotar de otra perspectiva alejada de la tradicional. A veces se puede ser amigo con mayúsculas de quien no conoces realmente y al contrario, darte cuenta de que aquel a quien conoces como la palma de tu mano no lo es.

¿Qué tiene de real ‘Medias naranjas’?
Absolutamente todo. No es biográfico en su argumento pero hay pasajes enteros del libro que he vivido yo directa o indirectamente. Creo verdaderamente que la forma de sentir de los personajes es universal, por eso de una u otra manera cualquiera puede identificarse con ellos, especialmente los jóvenes, que somos los que estamos al inicio del camino.

La mayoría de los personajes de tu novela, Manuel, Ana, Luis, Eva… buscan la felicidad cada uno a su manera y no todos la encuentran ¿tan difícil es hallar la felicidad?
Bueno, si fuera fácil la vida no sería lo que es, ¿no? No creo en la felicidad como el nirvana, un objetivo a largo plazo, una meta que alcanzar. Lo enfoco más como una serie de momentos dispersos a lo largo de nuestra vida que hacen que la balanza se incline hacia la alegría. Lo que ocurre es que, a veces o con frecuencia, no lo sé, los pequeños momentos no compensan y nos consolamos creyendo en una idea platónica de la felicidad como un estado de ánimo perpetuo donde, simplemente, parece que no hay momentos que compensar porque nunca hay problemas ni contratiempos.

De todos los personajes de la novela, ¿con cuál te sientes más identificada?
Como he dicho antes esta novela no es biográfica en absoluto, pero sin duda se inspira en momentos, sentimientos y vivencias que yo misma he tenido, por lo que no puedo elegir entre los personajes porque todos y cada uno de ellos tienen algo de mí.

Esta es tu primera novela, ¿qué o quién te animó a esto de la literatura?
No me planteo por qué escribir, más bien por qué no hacerlo. Desde pequeña he vivido la escritura como algo natural y tremendamente ligado a mi estado de ánimo. Siempre me ha gustado leer y pronto sentí el impulso de plasmar en palabras mis ideas o sentimientos. Creo que tenía siete años cuando empecé con la práctica del diario y ocho cuando escribí mi primer relato. No solo sigo igual sino que voy a peor porque escribo unos emails que parecen biblias y que solo los más allegados son capaces de aguantar. Supongo que por eso mis padres siempre me han animado a escribir, creyeron en mí desde el principio.

Medias Naranjas no es una novela que pueda englobarse dentro de la literatura gay, ¿qué te parece haber ganado un premio de literatura LGTB?
Maravilloso. No me gusta la idea de las etiquetas, la verdad, así que me alegra mucho haber ganado este premio aún no siendo "del gremio".

¿Qué opinas de eso que llaman ‘literatura gay’?
De entrada no me convence porque no creo que exista una literatura gay y otra hetero. Creo en la literatura y punto. Ahora bien, como hetero nunca me había planteado que el 90% de los personajes sobre los que he leído desde que aprendí a hacerlo fueran sexualmente semejantes a mi. Quiero decir que, por ejemplo, cuando uno tiene 15 años y busca un referente, alguien por quien sentir empatía, ¿dónde va a encontrarlo si la literatura a su alcance no incluye opciones como la suya? En ese sentido me parece perfecto.

¿Cuál es la última novela que has leído? ¿Algún autor/a fetiche?
No tengo ningún autor fetiche (aunque Gabriel García Márquez siempre está ahí). Soy muy ecléctica. Las últimas novelas que leí fueron La soledad de los números primos, de Paolo Giordano y Crucero de verano, de Truman Capote. Trato de alternar autores tanto por género como por momento del tiempo, así que ahora estoy con Breve historia de la Guerra Civil, de Helen Graham.

viernes, 22 de enero de 2010

Entrega de los XI Premios Odisea de Literatura


El próximo viernes en la Casa del Libro de Fuencarral 119 se presentarán las dos obras ganadoras del XI Premio Odisea de Literatura donde se hará entrega de los premios a Rubén Mettini como ganador con la novela Tres Noches y a Cristina Martínez como finalista con la novela Medias naranjas. Aprovechando la cercanía de este encuentro entrevistaremos a ambos autores:

Rubén Mettini Vilas, TRES NOCHES

Una habitación, dos desconocidos y tres noches. Estas son las premisas sobre las que se asienta la gran obra con la que Rubén Mettini ha ganado el XI Premio Odisea de Literatura.

Antes que nada felicitarte por el galardón, ¿cómo surgió mandar ‘Tres noches’ a esta convocatoria?
Una amiga íntima y compañera de aventuras literarias hace unos 15 años que venía diciéndome que tendría que escribir una novela gay. Tardé, pero le hice caso. Además Tres noches fue una creación y una realización rápida. Volvía a escribir novela después de nueve años de dedicarme a mis diarios personales. Llevo cuatro volúmenes de trascripción de diarios, unas 1.500 páginas por el momento. Si sumamos unas siete novelas y tres obras de teatro, vaya, eso es mucha literatura. Así que escribí Tres noches en “estado de gracia”, como si me dictaran las palabras y yo debiera apresurarme para no perderlas. Nunca creí en las musas, pero algo así hubo en este caso. Deben ser “los musos”.

¿Cómo te sientes tras haber resultado ganador del XI Premio Odisea?
No creí que ganaría. Pensé que saldría finalista, sobre todo porque tenía confianza en la calidad literaria de la obra. Pero no creí que iba a ganar. Me siento muy contento. Hacía años que no presentaba una obra a concurso.

¿Cuáles son los ingredientes de ‘Tres noches’?
Dos novelas en una. Dos voces en las antípodas. Una serena, otra desenfada. Una tristona, otra divertida. Una novela que plantea los interrogantes y otra que da la solución de los enigmas. La idea que la organiza es que el recuerdo está en las células del cuerpo, más que en el cerebro. De allí que evoque a Kavakis en ese poema llamado Recuerda, cuerpo. Un sabor, una música, un gesto que vimos, una piel que sintieron nuestras manos, nos devuelven el recuerdo. En definitiva volvemos a la dichosa “magdalena” de Proust.

¿Cómo fue la idea de introducir un personaje de 70 años?
La cultura gay ha quedado enrocada en el “efebismo platónico”. Digamos que gay es una persona entre 18 y 40 años. Entre los 40 y los 80 el gay se metamorfosea en “el Hombre Invisible”. Aquí quise dar voz a un gay de la tercera edad. Es la gente que tuvo las cosas difíciles para aceptarse. Y muchos de ellos abrieron el camino de la liberación, para que los jóvenes tengan hoy una vida más feliz. Casi nadie escribe sobre estos viejos y tal vez sean los que más lean.

¿Qué tiene de real ‘Tres noches’?
La idea surgió de la novela de Kawabata, La casa de las bellas durmientes. Fue leer 15 páginas y tener en la cabeza la idea de Tres noches. El personaje de Lucas está inspirado en un amigo de Galicia, un chico de 30 años, que padece una osteoporosis que denominan “huesos de cristal”. Somos íntimos, pero nunca nos hemos visto. Una persona que me ha enseñado a ser alegre y positivo a pesar de la adversidad, aunque su enfermedad no aparezca en la novela. El otro, Alex, está basado en un amigo que, hace un año, pasó volando por mi vida. Algo así como un ángel. El personaje de Alex se construyó en base a un ser real. Su vida es muy parecida a como la presento en la novela.
Por primera vez he sido autobiográfico, aunque todo el argumento esté organizado como una ficción y yo no aparezca como protagonista.

Lucas y Álex, además de compartir cama, ¿qué otros aspectos les unen?
Lucas y Alex no se conocen. No revelaré los aspectos que les unen porque sería suprimir el misterio. Sí, puedo decir que una persona les une. Una persona que aparecerá en la segunda parte de la novela. Sebastián, alcahueta, proxeneta o celestina, como él mismo se define. Un personaje bastante descreído del amor, pero buen amigo de sus amigos. La bondad me emociona. Es mucho más fácil escribir sobre seres malignos, ambiciosos o deshonestos. Pero hallé mucha gente realmente buena, con entidad moral, en mi vida. Y quise homenajearlos.

Tres noches no es lo que parece, ¿te gusta ‘engañar’ a tus lectores?
“Engañar” no es la palabra. Simplemente sembrar enigmas para que el lector se plantee hipótesis y vaya desechándolas o confirmándolas. El propósito es un diálogo con el lector, a través de los personajes y del “placer del texto”. Más que engaño es complicidad. Y una especie de relación sensual y amorosa con el que lee.

Tras casi treinta años afincado en Barcelona te has convertido en una figura muy activa dentro de la literatura catalana, ¿qué te animó a escribir en catalán?
Exceptuando Tres noches, nunca he sido autobiográfico en mis obras. Siempre entendí la novela como una construcción artificial, bien estructurada. Me gustó tratar los paralelismos históricos, personajes que son guiados por una mano invisible o la presencia del autor entre los protagonistas. Tal vez este artificio más mental que real, me llevó a usar una lengua que no es mi lengua materna. Cuando uno trabaja con otra lengua, al margen del significado, las palabras ganan peso sonoro. Y la escritura adquiere un valor algo preciosista. También he escrito algunos sonetos en italiano, al estilo de Dante.

Este no es el primer premio que recibes por una novela tuya, ya has ganado el Premio Sonrisa Vertical y el Premi Ciutat d’Alcoi, ¿cuéntanos el secreto?
Gané premios menores y quedé finalista en otros concursos. En Sonrisa Vertical salí finalista, no gané. Pero resultó un buen pasaporte para que la obra fuera publicada. En los talleres de escritura siempre animo a los participantes a presentarse a concursos literarios. Si el concurso no tiene un premio de montones de euros y no está manipulado de antemano, siempre hay posibilidad de colocarse entre los finalistas. Eso siempre que la obra sea buena. Confiaba totalmente en que el premio Odisea era legal, neto, sin amiguismos. Y eso me animó totalmente a enviar la novela. Creo que la intuición no me ha fallado.

¿‘Tres noches’ es la primera ‘novela gay’ que escribes? ¿Existe eso que llaman ‘literatura gay’?
En mis otras novelas siempre había algún personaje gay o situaciones de ambigüedad sexual. Además escribí una novela, llamada De vidas encastradas, sobre los castrados del 1700, entrelazados con los transexuales de la segunda mitad del siglo XX. Sin duda existe el “género gay”. El género erótico, al que me dediqué bastante tiempo, tiene una tendencia actual a desaparecer. No sé si el género gay perdurará, pero hoy por hoy existe y está bien vivo.

¿Cuál es la última novela que has leído? ¿Algún autor/a fetiche?
Un autor fetiche; sin duda para un argentino Jorge Luis Borges está grabado en el ADN. Borges es un gozo o una agonía. O se lo aborrece, o se lo adora. Si Borges es la “pareja” de toda la vida, luego, uno tiene “romances temporales”, autores con quienes compartimos buenos momentos y luego abandonamos, pero se los recuerda con mucho cariño e incluso se vuelve a ellos. Siendo una persona que lee mucho, no sólo por gusto, sino también por coordinar clubes de lectura, tal como me vienen a la memoria y algo anárquicamente, citaría a Margarite Yourcenar (siempre deseé haber escrito Memorias de Adriano), Stefan Zweig, , Musil, Vila-Matas o Michel Cunningham. Julio Cortázar, también, por supuesto. Ahora tengo un romance con una autora espléndida, Amélie Nothomb. Las últimas leídas de ella son Ácido sulfúrico, Cosmética del enemigo y El sabotaje amoroso.

jueves, 21 de enero de 2010

La primera novela de 2010: El mundo en una botella


Odisea Editorial tiene el placer de presentaros la primera novedad de 2010. Una historia dura reflejo de una situación desgraciadamente demasiado habitual pero silenciada por la vergüenza de quien la sufre: los malos tratos. Frederic Mayol se atreve a denunciar esta situación que pone de relieve la falta de amparo del colectivo LGTBQ ante situaciones de violencia doméstica o la mal denominada violencia de género.

El mundo en una botella es una historia valiente, narrada de una manera sencilla y sumamente emotiva, que relata la historia de Unai, un hombre enamorado de su novio y golpeado por el desamor y los celos. Enrique y Unai mantienen una sólida relación desde hace varios años, son la pareja perfecta o intentan aparentarlo. Pero la realidad de su convivencia diaria es muy distinta, el que parecía ser el novio perfecto se ha convertido en un compañero obsesivo y brutal.

“No te engañes, el amor sólo duele cuando se pierde, hasta entonces, que lo único que te produzca sea felicidad, porque de los contrario, no es amor.”



La peluquería es el único entorno donde Unai se siente libre, lejos de los reproches de Enrique, refugiándose en el trabajo y los amigos para huir lejos de ese hogar asfixiante donde parece estar encerrado dentro de una botella.
Unai, completamente anulado por Enrique, deberá hacer frente a su degradación como persona y huir hacia un futuro incierto, pero lejos de la sombra de su compañero sentimental. ¿Será capaz Unai de reunir las suficientes fuerzas para enfrentarse a Enrique y retomar su vida?

Apasionado de las letras desde muy joven, El mundo en una botella es la primera novela para adultos y en castellano del autor catalán Frederic Mayol Ibáñez (Salt, Girona, 1966). Licenciado en Geografía e Historia por la Universidad Nacional a Distancia, sus primeras incursiones en la literatura tuvieron lugar antes de cumplir los dieciocho años; tras mucho esfuerzo y tesón consiguió publicar L’aniversari robat (2006) y Selva de tenebres (2009) dos piezas clave de la literatura juvenil en catalán.

¡No te quedes sin tu ejemplar!

lunes, 11 de enero de 2010

BESAMETONTO AWARDS


Todo empezó como una broma para celebrar su cumpleaños, pero el próximo domingo 31 de enero tendrá lugar la entrega de premios de la II Edición de los Besametonto Awards. Gran expectación y numerosos apoyos ha recibido este belga, afincado en Madrid, que destaca lo más granado del panorama gay según sus gustos y preferencias en sus peculiares premios.

Entre los nominados a la gran variedad y cantidad de Premios -'Porque yo lo valgo', 'Windows Media', 'Chulazo del año', 'Eres muy travesti' o el 'Rabo Mediático' entre otros-, también hay cabida para el 'Mejor Libro del año' donde están nominados dos de las novelas más destacadas de 2009 editadas por Odisea Editorial:

Javier Sedano quiere repetir suerte con 'Tras las puertas del corazón' con la que ya logró el Premio a la Novela del Año que otorga el portal Narrativa Gay.'Todas las maldiciones del mundo', la novela de Javier Quevedo nominada también como mejor novela en los Premios Shangay 2009, repite nominación en los Besametonto Awards.



El resto de los nominados son:
KHALÓ ALÍ por TU AMO.NET
ABEL ARANA por MÁS
ISMAEL ALVAREZ por IN YER FACE
KHALÓ ALÍ por CUANDO TODOS DUERMEN

Mucha suerte para todos ellos y recuerda que aún puedes votar por cualquiera de los nominados en la web de Besametonto.