jueves, 29 de septiembre de 2011

"LAS VIRTUDES QUE COMPONEN LA PERFECCIÓN PUEDEN LLEGAR A PROVOCAR EL ABURRIMIENTO"

Paz Quintero no es una principiante en este complejo mundo de la literatura. Ganadora de la II edición del  Premio Terenci Moix de Narrativa Gay y Lésbica con la magnífica obra ‘Destino Programado’, Paz regresa al mundo de las ‘letras lésbicas’ de la mano de Patricia y Helena, dos mujeres de desgarrador carácter protagonistas de ‘Un vuelo con escalas’.




¿Cuáles son los ingredientes de ‘Un vuelo con escalas’?
Dos personalidades muy fuertes, una buena dosis de humor, optimismo, una pasión profesional en común y una tensión sexual no resuelta.

Patricia y Helena, dos mujeres muy distintas y al mismo tiempo muy iguales, ¿qué es lo que une a las protagonistas además de una atracción casi letal?
Son dos apasionadas de su trabajo, perfeccionistas. Personalmente, ambas son bastante cabezotas, tienen un humor que tiende a lo ácido y suelen montarse historias en la cabeza en vez de afrontar cara a cara sus inseguridades.

¿Qué hay de real en ‘Un vuelo con escalas’?
Como soy malísima eligiendo nombres, en eso no soy nada original, uso los de gente cercana. Los personajes están inspirados en mis amigos, sobre todo el de Pilar (mi mejor amiga) y el de Erika (mi amiga y compañera piso). Pero ni Patricia ni Helena son radiografías de mi personalidad, aunque su humor es muy parecido al mío. No hay ninguna vivencia personal reflejada en esta novela (menos mal). De hecho, la historia actual es la segunda versión de una primera, de la que sólo se conservan ciertos capítulos sobre un viaje que hacen a Irán. Una nueva etapa en mi vida sí ha podido influir en este cambio, en esta decisión de borrar todo, de dejar la esencia de las protagonistas que imaginé en un principio, y reescribirla por completo. La versión que podréis leer es mucho mejor. Estoy más satisfecha con el resultado. También ha quedado plasmada de mí la intención dejar al lector (y en mí misma) una sensación de positivismo, de buen rollo, no la de que dos personajes amargados sufren y sufren y vuelven a sufrir sin descanso ni fin. Yo me dedico a sacarle punta a todo, mi forma de ver la vida es la de tomármela con sentido del humor. Y así es como he querido que Patricia y Helena se muestren al mundo: con sus manías, sus virtudes y su capacidad de reírse de sí mismas. Ah, y el miedo a volar de la protagonista está inspirado en mi pareja, que se pone blanca como una palangana de loza cada vez que tiene que subirse a un avión.

"He querido que Patricia y Helena se muestren al mundo: con sus manías, sus virtudes y su capacidad de reírse de sí mismas".

De todos los personajes de la novela, ¿cuál es más tuyo?
Quizás Patricia, porque es la más flexible de las dos protagonistas.Helena es radical, trata de imponerse aunque no lleve razón. Yo soy bastante cabezota, pero si me razonan, cedo. Me considero bastante conciliadora, no me gusta discutir. Por eso, a veces, me guardo demasiado las cosas y cuando no puedo más, estallo. Creo que también comparto eso de que se fija en los detalles y su capacidad de superarse, de venirse arriba, de renacer de las cenizas. También soy, como ella, hija única, por lo que lo de ser más introvertida y llevar bien la soledad es algo que también comparto, aunque luego necesito a mis amigos como la que más.

En ‘Un vuelo con escalas’ describes con gran maestría a distintos tipos de mujeres, atreviéndote a denunciar graves actuaciones en contra de la mujer, ¿aún queda mucho por hacer para conseguir la igualdad entre sexos?
No hay que irse al otro lado del mundo para encontrar la desigualdad. En este país, en tu misma ciudad, puedes encontrar actitudes que todavía colean y son negativas para que la mujer consiga afianzarse en un mundo machista. Las cosas están cambiando, afortunadamente, pero de donde yo vengo, el sur de España, todavía persiste una conciencia femenina de desigualdad consentida, que se empeña en permanecer siempre a la sombra del hombre, cuando debería ser de equidad. Sobre las lesbianas... pues ya te puedes imaginar. Eso de que el sueño erótico de un hombre aún sea el de participar en un dúo lésbico define muy bien en qué situación continuamos estando. Queda mucho por hacer. Somos menos visibles, porque hay más miedo al rechazo. Quizás las chicas nos comamos más la cabeza, seamos más complicadas y, en ocasiones, podemos llegar a ser nuestras propias enemigas. El hombre homosexual nos lleva la delantera que da gusto verlos. Ojalá empecemos también nosotras a tirar del carro.

‘Un vuelo con escalas’ y ‘Destino programado’ ¿te gusta que las cosas estén bien planificadas?
La verdad es que me gusta tener controladas mis cosillas. En mi trabajo soy bastante disciplinada y ordenada, cosa que en mi vida diaria, en mi casa, no. Soy un desastriño, como dice mi chica. Pero yo me muevo perfectamente en medio del caos. Y en el fondo soy una fatiga, me gusta trabajar con presión y me encanta estar ocupada, porque si no, me da por darle vueltas al como y me invento problemas cuando no los tengo. Hay que ver lo que hace una con tal de estar entretenida a veces...

"Quizás las chicas nos comamos más la cabeza, seamos más complicadas y, en ocasiones, podemos llegar a ser nuestras propias enemigas".

¿En qué se parecen tus dos novelas?
En las dos hay situaciones de maltrato a la mujer. Y las reflejo porque a día de hoy, para nuestra desgracia, se siguen dando. En “Destino Programado” se describía una escena de maltrato físico a una de las protagonistas. Y en “Un vuelo con escalas”, se presencia una lapidación. Como dije antes, es muy fuerte que en Irán se siga permitiendo la pena de muerte, pero en España la pena de muerte es ejecutada por el propio cónyuge.

'Un vuelo con escalas' es una historia de superación, amor, deseo, desilusión, traiciones, desconfianzas. Virtudes o defectos, ¿qué prefieres?
Defectos. Las virtudes, que componen la perfección, pueden llegar a provocar aburrimiento.

"Las virtudes que componen la perfección pueden llegar a provocar aburrimiento".

Paz Quintero es también guionista, y actriz, ¿en qué registro te sientes más cómoda?
Las tres cosas me encantan. Escribir para mí es muy importante. Lo necesito como el respirar. Me gusta contar historias, da igual el género (aunque me guste mucho la comedia, a veces me da ponerme dramático-flamenca). No sólo escribo guiones o novelas, también llevo un blog en el que narro, en tono jocoso y exagerado, mis aventurillas diarias en mi casa, junto a mis compañeras de piso. Mi madre siempre ha dicho que tengo más tonterías que un mueble-bar, de modo que de alguna manera eso tenía que salir a flote. Actuar es precioso y muy divertido, así que cuando tengo la suerte de hacerlo, intento de disfrutarlo al máximo. La última vez que lo hice fue para rodar el guión del corto con el que gané un concurso. Y ver cómo se vuelve real algo que ha salido de mi cabeza un día en que bebí mucho Red Bull... no tiene precio.

¿Qué otros proyectos tienes para un futuro próximo?
Ahora ando escribiendo mi tercera novela, que será la primera de una saga sobre un mismo personaje, y estoy moviendo un guión de largometraje por varias productoras para intentar que se llegue a filmar. Como lo consiga, me da algo.

¿A qué famoso/a recomendarías tu novela?
Muy buena pregunta... Pues no se me ocurre a nadie en concreto. Creo que la historia, que trata en buena parte sobre el miedo, puede parecer cercana a muchos. Pensándolo mejor, podría recomendarla a todos aquellos famosos y famosas que quieren salir del armario pero temen repercusiones en su vida profesional y personal. Algunos puede que piensen que, al hacerlo, cargarán con el peso de ser el estandarte de la comunidad LGBT. Al contrario. La mejor forma de transmitir naturalidad es la de ser uno mismo, de ser natural como individuo, no tratando de representar a ningún grupo. Ana Rosa Quintana no representa a nadie (al menos, a mí no) por ser quién es y cómo es. Así que... ¿por qué tendría que hacerlo, por ejemplo, Jorge Javier Vázquez?

¿A quién le gustará 'Un vuelo con escalas'?
Espero que a mucha gente, porque si no, me veo dedicándome al macramé. Hablando en serio, ojalá le guste a todo tipo de público porque, aunque las protagonistas de esta novela son lesbianas, considero que la historia no gira exclusivamente en torno a su sexualidad. En ese aspecto he dado un paso adelante respecto a mi anterior novela. En “Un vuelvo con escalas” hay conflictos personales de otro tipo, como el mobbing profesional o la dura tarea de superar en soledad un duro revés que ha dado la vida. Si tuviera que definir en una palabra esta novela, escogería optimista.

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1 comentario:

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